La fibromialgia se caracteriza por dolor crónico generalizado, fatiga, alteraciones del sueño y síntomas funcionales. La etiopatogenia, los criterios de diagnóstico y los criterios de clasificación de la fibromialgia aún son objeto de debate y, en consecuencia, también lo son las estrategias para tratar esta patología. La fibromialgia es la tercera afección musculoesquelética más frecuente y su prevalencia aumenta con la edad. Sin embargo, aunque el diagnóstico ha mejorado con la evolución de criterios diagnósticos más precisos, una proporción considerable de médicos aún no logra reconocer el síndrome. Muchos factores contribuyen al desarrollo de la fibromialgia de manera única: predisposición genética, experiencias personales, factores emocionales-cognitivos, la relación mente-cuerpo y una capacidad biopsicológica para hacer frente al estrés. Los múltiples componentes de la patogenia y el mantenimiento de la afección requieren un enfoque de tratamiento multimodal. El tratamiento personalizado es una consideración importante, con el creciente reconocimiento de que existen diferentes subgrupos de fibromialgia con diferentes características clínicas. En consecuencia, aunque siempre es deseable un enfoque basado en la evidencia para el manejo de la fibromialgia, el enfoque de los médicos es inevitablemente empírico y debe tener el objetivo de crear una alianza sólida con el paciente y formular objetivos de tratamiento realistas y compartidos.
30-Octubre-2020